
448 pgs. Pvp: 24 €
En esta intensa novela familiar, Kova nos conduce a una época y un lugar perdidos, su infancia y juventud en la Yugoslavia socialista, con la intención en ocasiones tierna, en otras cruel de liberarse de toda forma de nostalgia. La recuperación de los tesoros de la memoria contribuye a crear un mosaico lírico de voces y personajes, como un antiguo espejo de familia en el que, por un momento, se pone el sol y en el que se refleja la imagen de Dubrovnik, la ciudad eterna e inalcanzable. El resultado es una verdadera epopeya que procede por elipsis, con un estilo rapsódico y visionario que recuerda a los grandes maestros de la narrativa balcánica, como Ivo Andri y Danilo Ki. La turbulenta riqueza de mundos que describe obliga al autor a ir mucho más allá de los límites de la autobiografía y acercarse al vasto repertorio de la tradición oral del área, la extraordinaria «poética de los Balcanes».
Mirko Kovač (Petrovici, Bileca, 1938 – Rovinj 2013) fue un escritor y ensayista serbio. Sus novelas, de extraordinaria fuerza narrativa, y guiones cinematográficos lo consagraron como autor de culto. Opuesto a la política nacionalista serbia, a principios de los años noventa optó por el exilio y se estableció en Croacia. Fue merecedor de importantes distinciones, como el Premio NIN (1978 y 1986), el Premio Andrić (1980), el Premio Tucholsky del PEN de Suecia (1993) y el Premio Herder alemán (1995). Se lo considera una de las grandes figuras de la literatura balcánica.
«Pertenezco a las personas con las que comparto destino y cómo prefieras llamarme -serbio, croata, montenegrino-, me temo que ya no es mi problema. Las naciones también son un mito, y Predrag Matvejevič dijo hace mucho tiempo que yo era un «profanador de mitos».» Mirko Kovač